Beneficios de la Terapia:
Recibir Terapia de Polaridad permite enriquecer y hacer más profunda nuestra relación con nosotros mismos y en consecuencia con los demás. Con el tiempo podremos manejar los sentimientos, alcanzando calidad en la comunicación y salud emocional.
La escucha corporal que se practica en camilla acompañada siempre del terapeuta es una prevención sorprendente. Quien no escucha, no sólo me voy a referir a un ámbito corporal, sino también emocional y mental, seguramente no se siente escuchado, ni sale de él, ni permite que otros entren en su vida, viviendo en soledad. Esto antes o después genera células malignas en la relación con el mundo, consigo mismo y con los demás. La Terapia de Polaridad, por tanto, es fármaco estimulante y privilegiado de los recursos internos.
Recibir Terapia de Polaridad permite enriquecer y hacer más profunda nuestra relación con nosotros mismos y en consecuencia con los demás. Con el tiempo podremos manejar los sentimientos, alcanzando calidad en la comunicación y salud emocional.
La escucha corporal que se practica en camilla acompañada siempre del terapeuta es una prevención sorprendente. Quien no escucha, no sólo me voy a referir a un ámbito corporal, sino también emocional y mental, seguramente no se siente escuchado, ni sale de él, ni permite que otros entren en su vida, viviendo en soledad. Esto antes o después genera células malignas en la relación con el mundo, consigo mismo y con los demás. La Terapia de Polaridad, por tanto, es fármaco estimulante y privilegiado de los recursos internos.
La Terapia de Polaridad se desenvuelve en cinco campos, llamados elementos, son cinco: Eter, aire, fuego, agua y tierra. Educarse en el manejo del elemento Eter garantiza el éxito de la vida en pareja, en grupo, del trabajo en equipo, la capacidad de afrontar conflictos internos e interpersonales. Enseñar a controlar el elemento Fuego responde a encauzar asertivamente la agresividad. Manejar el agua avala que sea fecunda la soledad y la tristeza. Tratar la tierra atestigua que el miedo no se apodere de nosotros y nos aprisione entre cuatro paredes. Conocer el aire nos enseña a compartir sanamente la alegría, dando y recibiendo con auténtica verdad. Todo esto no está lejos de ser un reto imposible, es más bien un adiestramiento de nosotros mismos y de nuestros recursos. Conocernos, escucharnos, permitirnos.
Son oportunidades para prevenir porque nuestro cuerpo reacciona en función de nuestro corazón y nuestro sistema inmunitario entiende de bienestar y malestar emocional. Así, la Terapia de Polaridad ayuda a escuchar el corazón.