La terapia de Polaridad reconoce la enfermedad como desequilibrio o bloqueo de las energías. El terapeuta mira más allá de los síntomas que el cliente puede presentar buscando las raices verdaderas que le aquejan. Los actuales síntomas no son a menudo la causa verdadera. Con este fin, la mayoría de los terapeutas comienzan tomando vastos antecedentes, apuntando establecer claramente los desequilibrios elementales fundamentales. Esto puede llevar la mayor parte de la primera sesión, aunque generalmente habrá una sesión corta en camilla también, para permitir al terapeuta ganar un orden de cualquier desequilibrio energético general.
La terapia de Polaridad implica muchas técnicas, sobre todo muy apacibles: por ejemplo, asimientos craneales, movimientos oscilantes, algunas técnicas similares a la reflexología, algunas técnicas derivadas de Oteopatía y de la Quiropaxia. La característica de la terapia de Polaridad es los contactos bipolares (es decir con ambas manos, o los dedos de ambas manos - cada dedo se relaciona con un diverso elemento) que ligan a áreas de energía y funcionalmente relacionadas con partes del cuerpo para facilitar el movimiento de la energía del cuerpo. La experiencia de la sesión a menudo es relajada y puede profundamente también conducir a los lanzamientos emocionales tales como llanto o risa. El aspecto de la sesión del trabajo es difícil de describir, necesita ser experimentado.